Que el Papa Francisco no era muy querido por buena parte de los católicos, sobre todo por aquellos más conservadores y amantes de la tradición, no era ningún secreto, por lo que no debe sorprender que, ahora que el sumo pontífice ha muerto, muchos fieles vean con esperanza la posibilidad de que un hombre como el cardenal Robert Sarah, negro y conservador, sea el sucesor del argentino.
La noticia de la muerte del Papa Francisco entristeció a muchos católicos y también a personas que, aún carentes de fe en la Iglesia, respetaban la figura de un pontífice al que veían como progresista y abierto al cambio. Sin embargo, fueron también muchos los mensajes de quienes se alegran del final del papado de aquel al que veían como un personaje más preocupado de agradar a la izquierda y a los adalides de la llamada ideología woke que de guardar los preceptos y principios sobre los que se fundó la Iglesia Católica.
Para quienes eran más críticos con Francisco, Robert Sarah es el candidato perfecto. Preocupado por la proliferación del Islam dentro de las fronteras de los países europeos, defensor de la familia tradicional y contrario al aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo, el cardenal guineano sería, de resultar el elegido en el Cónclave, un Papa totalmente opuesto a su predecesor.
«Europa ha perdido el sentido de sus orígenes, ha perdido sus raíces. Creo que va a morir. No hay natalidad, estáis siendo invadidos silenciosamente por otras culturas, otros pueblos, que progresivamente os dominarán en número y cambiarán completamente su cultura», manifestó el cardenal Robert Sarah en una entrevista que han compartido en las redes sociales muchos de los que quieren que el africano sea el nuevo Papa.
Los que decían no soportar al Papa Francisco durante su pontificado, se apresuraron tras su muerte a pedir que su sucesor sea alguien totalmente distinto y es en ese punto, cuando la mayoría optan por Sarah, para cuya elección han iniciado una campaña valiéndose de las redes sociales.
Robert Sarah está muy preocupado por el peligro que supone para la cultura cristiana el fundamentalismo islámico, una amenaza que asegura que, como africano que es, conoce muy bien. «El islamismo es un fanatismo monstruoso que debe combatirse con fuerza y determinación. No detendrá su guerra. Los africanos lo sabemos demasiado bien. Los bárbaros son siempre enemigos de la paz», expuso este cardenal que se postula como uno de los favoritos para ser el nuevo Papa.
Son citas como las mencionadas las que reproducen en sus mensajes de las redes sociales los que quieren que Robert Sarah dirija la Iglesia de Roma, que se refieren a él como «el Papa que nos merecemos», «un Papa de verdad» o «un Papa como Dios manda».