La mayoría no habían vuelto al colegio Santa María del Mar de A Coruña desde que finalizaron lo que entonces se conocía como COU (Curso de Orientación Universitaria) en el curso 1999-2000 y, por eso y por la alegría de ver a muchos de los que fueron sus compañeros durante la etapa escolar, la jornada del pasado sábado 14 de junio, en la que los alumnos de la promoción del cambio de milenio se reunieron para celebrar el 25 aniversario de su graduación, estuvo llena de recuerdos y emociones.
Antes de que comenzara el primero de los actos programados, el de los discursos y la imposición de las insignias que se celebró en el salón de actos, los alumnos que terminaron su periplo en el Santa María del Mar en el año 2000 ya formaban grupos para rememorar antiguas historias y para comentar lo que había cambiado y lo que no en el recinto del colegio. Los que festejaban el 25 aniversario de su graduación estuvieron acompañados por aquellos que conmemoraban el 50 aniversario de la suya.
Alrededor de las 11.00 horas, los antiguos estudiantes de ambas promociones; el director del colegio, Alfonso Trillo; algunos de los profesores que habían dado clase a los homenajeados, los representantes de la asociación de antiguos alumnos y los familiares y amigos invitados a la cita comenzaron a entrar en el salón de actos.
Primero hablaron el máximo representante de la Asociación de Antiguos Alumnos, que invitó a los presentes a unirse a la mencionada asociación; el director Alfonso Trillo, que insistió en la importancia de que los que fueron estudiantes de Santa María del Mar mantengan su vinculación con el colegio; y el padre jesuita Jorge Vázquez, que habló acerca de los valores de compromiso y sacrificio propios de la educación católica.
Tras la intervención de las autoridades, llegó el momento de que hablaran los representantes de los alumnos. El encargado de pronunciar el discurso de los graduados hace 50 años rememoró viejas anécdotas ocurridas en las aulas, algunas de ellas con todo lujo de detalles. Muy aplaudida fue la alocución del representante de la promoción de los 25 años, que realizó un completo recorrido desde el parvulario hasta el momento de la graduación y consiguió con ello llevar de nuevo a la memoria de sus compañeros personas, actividades, lugares y acontecimientos que muchos de ellos tenían ya olvidados. Afloraron en el discurso recuerdos felices, como los relacionados con los juegos en el recreo, las clases y las excursiones, y otros más tristes, como el dedicado a un compañero fallecido al finalizar el último curso y a los profesores también fallecidos.
Al finalizar los discursos, los alumnos de ambas promociones recibieron las insignias conmemorativas. Los primeros fueron los más veteranos, los de la promoción 1974-1975, y, después, los de la 1999-2000. Fueron tres de los antiguos profesores que acudieron al evento quienes impusieron las insignias.
El siguiente de los actos programados era la misa, un clásico de los eventos celebrados en los colegios religiosos como el Santa María del Mar. Antiguos alumnos, autoridades, profesores e invitados se desplazaron desde el salón de actos, que por cierto no existía cuando cursaron sus estudios los homenajeados, a la capilla, donde el padre Jorge Vázquez celebró una eucaristía durante la que sorprendió con una homilía con la que llamó a comprometerse en política y a luchar por la justicia en un mundo que «está muy mal».
Una vez finalizada la misa, los antiguos alumnos de una y otra promoción posaron para las fotos protocolarias para, inmediatamente después, dirigirse al comedor escolar, donde tenían preparado un ágape con pinchos diversos y que, como no podía ser de otra forma al celebrarse en un centro educativo, no incluía bebidas alcohólicas.
Comida y fiesta en el hotel Finisterre
La intensa jornada de celebración no finalizó con el aperitivo en el comedor del colegio y es que los alumnos graduados hace 25 años habían reservado una terraza en el hotel Finisterre para disfrutar juntos de una comida que se prolongó desde las tres de la tarde hasta las once de la noche. Los antiguos alumnos de Santa María del Mar charlaron, se fotografiaron, rieron y, en definitiva, disfrutaron juntos de nuevo como tantas veces lo habían hecho durante su etapa escolar.

Tan bien lo pasaron los exalumnos que todos dejaron claro su deseo de no esperar a que pasen 25 años más para volver a celebrar un evento de estas características. Hay que decir, eso sí, que algunos de ellos ya habían mantenido reuniones en períodos como el de Navidad.