El oro está de moda y las noticias que aparecen en los medios de comunicación aluden a un repunte de la demanda y del precio de este metal precioso que, según muchos expertos, nunca antes se había visto. La situación hace que muchas personas, algunas de las cuales jamás se habían planteado invertir en el que es considerado el valor refugio por excelencia, comiencen a pensar si les conviene vender alguna de las piezas de joyería que tienen por casa o, quizás, convertir parte del dinero que tienen ahorrado en lingotes. Para dar respuestas a estas preguntas, El Sereno Indiscreto habla con Cristina Muixi, responsable en Galicia de Oro Express, empresa que tiene uno de los 80 establecimientos con los que cuenta en España en la calle Juan Flórez de A Coruña.
Lo primero a lo que alude esta profesional es algo que, de una u otra forma, todos hemos escuchado o leído alguna vez: la condición de valor refugio que tiene el oro. «El oro siempre ha sido un refugio. Además, es algo sólido, no como las criptomonedas, que no son tangibles. El oro lo puedes comprar, puedes jugar con él, lo puedes vender… Se pueden comprar joyas, lingotes, monedas», explica Cristina Muixi que, eso sí, precisa que «las monedas y los lingotes son oro puro y un valor seguro, mientras que las joyas tienen un coste adicional por el diseño, la pieza o la marca». «Las joyas pueden ser una inversión, pero no como el oro puro», advierte.
Sobre la reciente fiebre del oro y sobre el aumento del precio, la responsable de Oro Express afirma que la subida de los últimos días fue algo espectacular, pero precisa que el incremento viene de lejos y que el oro, con sus subidas y bajadas, en el plazo medio y largo siempre tiende al alza, lo que es otro de sus puntos fuertes como inversión.
«Hay gente que ha ganado mucho. Quienes compraron 1 kilogramo de oro hace 5 años por 75.000 euros, podrían haberlo venido ahora, en uno de los días en los que estuvo más alto, por casi 120.000 euros. ¡Casi se ha duplicado en 5 años! Y hace 20 o 30 años, el kilogramo de oro valía 12.000 euros. El último año ha sido de un crecimiento brutal, pero ya en el cómputo de los últimos 4 años ha ido creciendo a un ritmo tres veces mayor. Es verdad que el oro sube y baja pero, en el balance global, no ha dejado de crecer», comenta la experta.

En cuanto lo que ocurrirá en el futuro, Muixi prevé que tanto la demanda como los precios se estabilizarán y que se aminorará el ritmo de crecimiento, si bien cree que el oro «no bajará nunca hasta estar como estaba antes de las últimas subidas».
Incremento de clientes
Hablar de fiebre del oro no es, ni mucho menos, exagerar. Aunque en España no se han visto colas como las que se formaron en algunos países asiáticos, establecimientos como el que Oro Express tiene en A Coruña han registrado un notable incremento de visitas. La inflación y la inseguridad normativa en el mercado de la vivienda hacen que invertir en oro sea una opción viable e interesante para muchos ahorradores.
«Esta última semana ha venido más gente. Muchos ven las noticias que salen en los medios y se plantean invertir. Si antes venían unas 5 personas al día, ahora vienen entre 20 y 30″, apunta Muixi, que considera que el momento actual es más propicio para vender que para comprar. «Estamos en máximos históricos. A día de hoy, recomiendo más vender que comprar. A lo mejor, dentro de un mes, si baja un poco, sí que ya aconsejo invertir. Ahora es momento de vender, de que la gente que tenga por casa algo de oro a lo que no le tenga aprecio lo venda», explica.
Para comprar en un establecimiento como el de Oro Express no hace falta más que encargar los lingotes que se desea adquirir, pagar y esperar a que el pedido llegue al local procedente de la central en la que se almacena. Por cierto, tal y como explica Muixi, las operaciones de compraventa de oro no tienen IVA.

«No lo tenemos aquí físicamente para evitar robos. En el momento en que el cliente hace la reserva y paga, normalmente con dinero por cuenta porque no se permiten pagos en efectivo de 1.000 euros o más, nosotros lo pedimos y, en un plazo de una semana, nos llega y el comprador ya puede venir a recogerlo», apunta la responsable de Oro Express en Galicia, que puntualiza que el lingote más pequeño disponible es el de 5 gramos, que tiene un precio de 585 euros y que ella no recomienda porque «sale más caro».
Objetos sorprendentes y piezas robadas
Quienes trabajan en establecimientos de compraventa de oro están acostumbrados a ver casi de todo en cuanto a objetos que contienen ese metal y en cuanto a personas que pretenden cambiarlos por dinero. Los artículos más sorprendentes que uno pueda imaginar, objetos que sólo coinciden con el codiciado metal precioso en su color e incluso piezas robadas entran, con más frecuencia de la que se podría pensar, por las puertas de estos locales.
«A veces nos traen dientes, con la muela y todo, e incluso nos han traído uñas. También han pretendido vendernos oro comestible, pero eso no lo compramos. Tampoco lo compramos fundido, por ser difícil determinar su procedencia. Llega también gente con oro robado. Algo bastante frecuente que vengan trabajadoras del hogar que llevan décadas en una casa y que han ido cogiendo joyas y otras piezas de oro. Hasta hemos tenido casos de nietos que les han robado a sus abuelos», relata Cristina Muixi.
Sobre las piezas falsas, Muixi dice haber vivido ya varias experiencias que prueban el famoso dicho de que no es oro todo lo que reluce. A veces, el que pretende vender sabe perfectamente que está intentando colar algo haciéndolo pasar por lo que no es y, en otras ocasiones, no hay mala intención y ni el vendedor sabe lo que tiene. En ambos supuestos, los profesionales nunca se equivocan y es que, además de contar con una formación impecable en la materia, disponen de una serie de protocolos que reducen casi a cero el riesgo de comprar oro falso.

En los establecimientos de Oro Express también se puede comprar y vender plata, cuyo precio es mucho más moderado. Mientras que el kilogramo de oro ha alcanzado los 120.000 euros, el de plata costa en la actualidad alrededor de 1.000 euros. Y no es la única diferencia entre ambos metales, pues la plata, a diferencia de lo que ocurre con el oro, no está exenta de IVA.



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