La Audiencia Provincial de Palencia ha ratificado la condena a dos años de prisión y cuatro de inhabilitación para practicar la caza que el Juzgado de lo Penal había impuesto a un cazador por dispararle a una osa durante una batida de jabalí. Aunque el disparo no fue mortal para el animal, sí provocó que perdiera dos fragmentos de hueso de la mandíbula.
Los hechos ocurrieron en el término municipal de Polentinos, en la provincia de Palencia, mientras el condenado y otros cazadores participaban en una batida de jabalí. La Audiencia Provincial, al igual que hizo en su momento el Juzgado de lo Penal, considera probado que el cazador realizó el disparo «a una distancia de unos 25 metros, sin extremar las precauciones necesarias, de forma intuitiva y a tenazón, sin emplear correctamente el visor que llevaba, pese a haber sido advertido y ser conocedor de que se encontraba en una zona osera”.
El cazador, según el relato de hechos probados que motivaron la sentencia, disparó “sin comprobar ni cerciorarse con toda la seguridad que es necesaria” del tipo de especie o ejemplar al que estaba disparando, circunstancia “fácilmente superable dado que es residente habitual en la zona y con una amplia experiencia”.
El día en el que ocurrieron los hechos se habían avistado osos en la zona y dos de esos animales llegaron incluso a motivar que se detuviera la cacería por haber entrado en el territorio acotado para la práctica cinegética. Pese a todos esos condicionantes, el cazador condenado abrió fuego e hirió de gravedad a una osa.
La defensa del acusado, durante la vista, había argumentado que lo ocurrido fue «una mera imprudencia», algo totalmente opuesto a lo que finalmente recogió la sentencia, que califica la conducta del cazador como de «dolo eventual», pues “consciente del alto riesgo creado, actuó sin importarle aceptando el resultado probable de su proceder”.