La nueva ley antitabaco prohibirá fumar en las terrazas de bares y restaurantes y en los conciertos al aire libre

fumar en terrazas

La nueva ley antitabaco que se aprobará en España prohibirá fumar (y también vapear) en las terrazas de bares y restaurantes, una medida que sin duda será muy perjudicial para los establecimientos de hostelería, que perderán a los clientes que justamente consumían en los espacios exteriores de los locales para poder disfrutar de un vicio que cada vez está más perseguido por las autoridades.

Los fumadores, pese a que cada vez tendrán menos sitios en los que poder encenderse sus cigarrillos y puros, pueden darse con un canto en los dientes y es que la nueva ley antitabaco dejará fuera algunas de las pretensiones de la ministra de Sanidad, Mónica García, que había expresado su deseo de que la lista de medidas recogidas en la nueva normativa incluyera también una importante subida de los precios y el empaquetado genérico.

Además de las terrazas de los bares y restaurantes, la nueva ley añade a la lista de los espacios libres de humos las instalaciones deportivas, las marquesinas para esperar los autobuses, las estaciones de transporte, los centros educativos y los recintos en los que se desarrollen conciertos y espectáculos, aunque estos sean al aire libre. Queda por ver si esto último afecta también a los grandes festivales y a las actuaciones de las orquestas en fiestas populares aunque, según está el proyecto normativo, lo lógico es pensar que sí.

¿Por qué estas nuevas restricciones perjudicarán tanto a la hostelería? La respuesta a esa cuestión es simple y tiene su origen en el momento en que se prohibió fumar en el interior de los locales. Aquella prohibición hizo que las terrazas, que en épocas como el invierno y en determinadas localidades prácticamente estaban vacías, comenzaran a llenarse de fumadores que, ante la imposibilidad de fumar dentro del bar o cafetería, no tuvieron otra que sentarse fuera para disfrutar de su consumición acompañada de humos. Esos fumadores, además, lograron en muchos casos que los no fumadores que los acompañaban también estuvieran en las terrazas. Imaginemos, por ejemplo, el caso de los trabajadores de una oficina que tienen máquina de café en su centro de trabajo pero que, para poder encenderse un cigarrillo, deciden hacer una pausa y bajar a la terraza del bar más cercano. Ese tipo de clientes, se perderán.

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