Un día como tantos otros en el que el futbolista Diego Armando Maradona visitó el restaurante al que solía ir con sus compañeros del Napoli, al futbolista argentino se le ocurrió pedir una pizza muy especial, hecha a medida y conforme a sus gustos, que tenía como uno de sus ingredientes la picaña, un corte de carne del que El Pelusa era un gran amante y que, curiosamente, es típico de Brasil. Ahora, esa pizza está disponible en el establecimiento Sicilia in Bocca de A Coruña, donde Viktor Kostynyuk, un ucraniano que emigró a Nápoles a los tres años y que aprendió casi todo lo que sabe sobre pizza precisamente del hombre que le sirvió aquella pizza al astro del balompié, la ha recuperado para deleite de todos aquellos que la prueban.
Cuenta Viktor que, cuando llegó a Nápoles siendo todavía un niño pequeño, se estableció con su madre y con la pareja de ésta, un maestro pizzero llamado Ciro Liquori al que llama papá y que actualmente también trabaja en Sicilia in Bocca. Este artesano de la pizza convirtió a su hijo adoptivo en su discípulo y le enseñó todo lo que sabía, incluida la receta de la famosa pizza que preparó para Maradona y es que Ciro trabajaba, precisamente, en el restaurante que frecuentaban jugadores y miembros del cuerpo técnico del Napoli.
«Yo soy de origen ucraniano y llegué a Italia con 3 años. Me recibió él, que estaba con mi mamá, y fue gracias a él por lo que comenzó mi pasión por la pizza. Él me enseñó todo lo que sé», explica Viktor con una voz y unos gestos que dejan clara la admiración que siente por su maestro y mentor.



Ciro también le contó a su hijo adoptivo y profesional la historia detrás de la bautizada como pizza Maradona, un relato que, tal y como indica el propio Viktor, pudo probar su maestro gracias a las fotografías que se tomó con El Pelusa y con otros jugadores del Napoli. «Esta pizza la creamos mi padre y yo porque él siempre me contaba que, los domingos después de los partidos o después de los entrenamientos, los jugadores del Napoli iban a comer a su pizzería y que Maradona le pidió una vez una pizza con picaña que le encantó y que se convirtió en su preferida», explica el joven pizzero que ahora despliega toda su arte en Sicilia in Bocca.

Aunque con pequeñas diferencias fruto del deseo de Viktor de darle un toque moderno a la creación de su padre, la pizza que se puede comer en el restaurante de A Coruña es, en esencia, la misma que pidió Maradona en Nápoles. Caponata, provola, mayonesa de ajo (en la original era ajo picado) y, por supuesto, la picaña son los ingredientes fundamentales de esta creación gastronómica y los que comparten la primera versión y la de Sicilia in Bocca. A ellos, para darle un toque moderno, Viktor les ha sumado cebolla crocante y mermelada de frambuesa.

Creatividad y pasión
Viktor Kostynyuk lo tiene claro: «Hay que ponerle corazón cuando se hace una pizza». Con esa frase pone sobre la mesa la característica fundamental que debe tener todo aquel que aspire a convertirse en un maestro de la masa y el horno: la de sentir pasión por su oficio y la de estar siempre dispuesto a crear propuestas nuevas.
«Quien no hace esto con pasión no lo está haciendo bien y es mejor que se dedique a otra cosa. La pizza es buena cuando el pizzero es bueno», comenta este joven que, gracias a las enseñanzas de su mentor y a su trabajo, se ha convertido en una eminencia en lo que a pizza se refiere.
El objetivo de Viktor, que es el que en su opinión debe perseguir todo pizzero, es el de hacer feliz a la gente con sus creaciones. «Mi idea es que la gente se vaya contenta cada vez que come una de mis pizzas. Quiero transmitir la emoción que yo siento al cliente y creo que con la pizza Maradona he cumplido ese deseo», destaca.

Fue esa pasión del joven pizzero la que, unida a su buen hacer con la masa, llevó al propietario de Sicilia in Bocca, que sumó su restaurante de A Coruña al que ya tenía en Santiago de Compostela, a pedirle a Viktor, que había llegado a A Coruña para estar sólo unos meses mientras ayudaba a la apertura, que se quedara definitivamente en la ciudad gallega.
«Yo llegué aquí gracias al dueño y para hacer la apertura. Entonces yo sólo hacía aperturas y me quedaba unos tres meses en cada local para enseñar. Viajaba por todo el mundo y me dedicaba a enseñarle al personal de los nuevos restaurantes cómo funcionaba el horno, la forma de tratar la masa, el trabajo con las cremas… Aquí en A Coruña, como en tantos otros lugares, mi idea inicial era la de marcharme, pero el dueño me pidió que me quedara. A este local lo he visto crecer y es casi como un hijo para mí», relata Viktor.
Domenico Bartolatta, propietario de Sicilia in Bocca, añade que un buen restaurante, además de utilizar los mejores ingredientes y de contar con platos que gusten, debe esforzarse por ofrecer una buena calidad en el servicio. En unos tiempos en los que se han puesto de moda los restaurantes italianos, además, es cada vez más importante diseñar nuevas propuestas y «estar al día» para diferenciarse de la competencia. Esa filosofía ha llevado a Sicilia in Bocca a conseguir importantes premios en certámenes gastronómicos, llegando en uno de ellos a hacerse con el premio a la segunda mejor pizza de España.

«Nos gusta buscar siempre novedades y que la cocina nos proponga platos nuevos», expone Bartolatta, que añade que en sus restaurantes «los cocineros o, al menos, los jefes de cocina son siempre italianos porque nuestra pizza no es fácil de hacer para cualquiera».
Viktor encaja a la perfección dentro de esas premisas, pues, aunque nació en Ucrania, vivió la cultura de la pizza napolitana desde los tres años y en su propia familia y, como demuestran creaciones como la Pizza Maradona, siempre está dispuesto a dar rienda suelta a su creatividad.