Colas en las heladerías, terrazas abarrotadas y gente de paseo en manga corta son algunas de las imágenes que ha dejado una jornada con temperaturas anormalmente altas para un mes de enero en ciudades como A Coruña. Con unos termómetros que llegaron a alcanzar los 22ºC, la urbe gallega es un ejemplo perfecto de algo que se repitió en muchas otras localidades españolas y que muchos ya se han apresurado a calificar como una prueba clara de que el cambio climático existe y se deja notar cada vez con más frecuencia.
Al margen de la preocupación que algunos puedan tener por el futuro del planeta, lo cierto es que el sentimiento que se percibía en las calles era el de alegría. Los ciudadanos pudieron disfrutar de todo el sabor de los helados casi del mismo modo que lo hubieran hecho en los meses de julio y agosto y degustar una caña bien fría en una terraza sin tener puesto el abrigo. A los negocios también les sale rentable este clima inusual y es que pocos días de enero, mes tradicionalmente marcado por las bajas temperaturas y por la falta de liquidez tras el dispendio navideño, hacen una caja como la que hicieron hoy.
La previsión meteorológica marca que estas temperaturas inusualmente altas en esta época se mantendrán durante la jornada de mañana y en los primeros días de la próxima semana. Sólo las lluvias ocasionales que pueden hacer acto de presencia el lunes o el martes empañarán esta especie de primavera anticipada.
Los meteorólogos explican que un anticiclón es el principal causante de una situación que, tal y como recuerdan, no es tan extraña como podría pensarse y que ya se vivió, de forma similar, el pasado año. Los expertos, eso sí, recuerdan que aún queda mucho invierno y que, tarde o temprano, volverá el frío.