Que la izquierda profese ideas republicanas y lance mensajes contra la monarquía no es nada nuevo, pero que cada vez más personas que se presentan como «de derechas» reclamen el fin de dicha institución sí lo es y mensajes como los que lanzó Felipe VI en su discurso de Navidad no hacen más que provocar que más y más españoles quieran una España sin rey.
Tras el polémico discurso, las redes sociales se llenaron de mensajes de ciudadanos que acusaron al Rey Felipe VI de ser «una marioneta» del globalismo y de defender más los intereses del Gobierno socialista de Pedro Sánchez y de la Unión Europea que los de España. Algunos incluso le cambiaron el nombre para rebautizarlo como Felpudo VI y demostrar así el odio que le profesan.
«Después que nadie se pregunte por qué la mayoría de los jóvenes ya no nos sentimos representados por la monarquía borbónica y el régimen del 78. Discurso vacío, sin representar el interés de nuestra generación y redactado por Moncloa. La degradación es bien evidente», escribió en la red social X Pau Alarcón Rabinal (@pauuu2005).
La opinión generalizada entre esa derecha republicana que cada vez gana más adeptos es la de que Felipe VI ha abandonado a su país, no sólo permaneciendo con la boca cerrada ante «los desmanes del sanchismo«, sino también defendiendo un globalismo, encarnado en instituciones como la Unión Europea, que ha hecho que España pierda su soberanía.
«Lista de mensajes subliminales con carga política del rey: diversidad, descentralización autonómica como algo bueno, proselitismo obsceno y falsario de la UE, fenómenos climáticos y propaganda obscena del régimen del 78, cada vez más alejado de los jóvenes y cada vez más alejado de los españoles», comenta Javi Martínez Onsalo (@javionsalo).
El mensaje del Rey Felipe VI no sólo recibió críticas de la nueva derecha por la apasionada defensa que el monarca hizo de la Unión Europea y de la Constitución y por unas críticas hacia las posiciones políticas extremas que muchos interpretaron como una referencia a VOX, sino también por la ausencia de referencias al sentido religioso de la Navidad, algo que tuvo un reflejo en que, esta vez, no hubo Belén ni ningún otro elemento que aludiera a la fe cristiana.
«Por supuesto, ni una palabra de Felipe VI hacia lo que representa la Navidad. Ni una palabra hacia los católicos, aunque nuestra nación, nuestra identidad, cultura e historia se forjan exclusivamente en ello. Eso sí, para chorradas de multilateralismo, sin falta», critica RoberSR (@robersanchez98).
Lo que ha quedado claro tras el último discurso de Navidad del Rey Felipe VI es que la monarquía cuenta cada vez con más enemigos, tanto en el espectro político de la izquierda como en el de la derecha. «Me duermo tranquilo sabiendo que Cristo es Rey y que Felpudo VI no le cae bien a nadie. Buenas noches. Feliz Navidad», sentenció Rete II (@CCFRDE2).


