El Gobierno quiere que los ciudadanos se sometan a duchas más frías este invierno. Esta es la última ocurrencia del Ejecutivo que preside Pedro Sánchez para hacer frente a la crisis energética durante un período del año en el que se disparará el gasto en la factura de la luz y en el que muchas familias tendrán problemas para calentarse en sus hogares.
El Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico presentó un plan de seguridad energética en el que fija entre los 30º y los 35º la temperatura a la que debe estar el agua durante la ducha. Esos parámetros son, en su opinión, «suficientes» para asearse con comodidad y sin sufrir en las propias carnes los rigores del frío.
También recomienda el Gobierno a los ciudadanos, en relación a las duchas más frías, «usar el agua caliente con prudencia» y tener mucho cuidado de no dejar grifos abiertos. “Es recomendable prestar atención para que nunca se quede un grifo abierto más de la cuenta”, recoge el documento con las directrices para hacer frente a la crisis de la energía.
Las pautas son aún más estrictas para los centros de trabajo de las administraciones públicas, donde el Ministerio propone reducir a mínimos el consumo de agua caliente, usándola sólo cuando sea imprescindible y suprimiendo o desconectando termos eléctricos.
Revisar las calderas y apagar electrodomésticos
El plan del Gobierno también incluye la recomendación de llevar al día el mantenimiento de la caldera, con revisiones periódicas, algo que «podría suponer un ahorro de hasta el 15%». Las empresas, según el mismo documento, deben comprobar periódicamente que la programación del sistema de calefacción se ajusta al horario de trabajo para lograr sus objetivos de ahorro.
Otra de las recomendaciones hace alusión a la importancia de hacer un uso racional de los electrodomésticos, dejando los aparatos completamente apagados y no en stand-by o aprovechando el calor del sol, cuando sea posible, para secar la ropa.