Respeto y justicia para el autocaravanismo (por Jesús Gallardo, presidente de la PACA)

JESÚS GALLARDO / PRESIDENTE DE LA PLATAFORMA DE AUTOCARAVANAS AUTÓNOMA (PACA)

En el seno del autocaravanismo, llevamos décadas con la misma problemática y pesadilla. A día de hoy, ningún Gobierno se ha preocupado por sacar adelante una ley que regule nuestra forma de viajar. No ponen interés porque nosotros no formamos parte de sus proyectos políticos. Pese a que ya hay Proposiciones no de Ley (PNL) redactadas en el Senado, no les dan curso y, por ello, no se obtiene el fruto deseado.

Cierto es que se realizan decretos para la regulación de campamentos de turismo y zonas de autocaravanas, que han pasado a formar parte del apartado de actividades de hospedaje, pero se debe dejar claro que eso sólo afecta a aquellas actividades, ya se lleven a cabo de forma profesional o no, que están en la modalidad previo pago, con la finalidad de proporcionar, a cambio de un precio, contraprestación o compensación, espacio para la pernoctación a las personas, con o sin otros servicios de carácter complementario. Todo eso no es contrario, por tanto, a que las autocaravanas puedan estacionar, como cualquier otro vehículo, conforme al Reglamento General de Circulación y a ciertas premisas.

Resulta evidente que es necesario observar los principios de necesidad, eficacia, proporcionalidad, seguridad jurídica y eficiencia con respecto a los usuarios de este tipo de vehículos, como principios de buena regulación, sin retirarles sus derechos y sin que exista una discriminación. Por desgracia, esto no ocurre y siguen los infundios, que proliferan a viva voz debido a las muchas personas que opinan desde el desconocimiento más absoluto de las jerarquías: una ordenanza, un decreto ley, una instrucción. ¿Cuál es el problema?

«Una autocaravana no está obligada a estar en el interior de un camping y es a eso a lo que nos quieren conducir»

España es un Estado de Autonomías y la Constitución determina ciertas competencias para las comunidades autónomas, pero también se las concede a los ayuntamientos, que son, precisamente, nuestro talón de Aquiles y los que más afectan a nuestro sector. Sus decisiones no son las que nos gustan. No es lo que queremos, ni siquiera lo justo, pero es la realidad y lo que debemos intentar cambiar. Hay ordenanzas arbitrarias con presuntas discriminaciones y tengo que decir lo de presuntas porque no están a la vista de algunos magistrados y, en cambio, sí lo están a los ojos de otros tribunales.

Por si no bastara con lo que hacen los ayuntamientos, hemos estado y seguimos estando abandonados por el Gobierno central, que no da su brazo a torcer y evita poner nombre y lugar al autocaravanismo como lo que es: un activo turístico enriquecedor para muchas poblaciones y un derecho de ocio, disfrute y cultura para quienes lo practicamos. Una autocaravana no está obligada a estar en el interior de un camping y es a eso a lo que nos quieren conducir.

Nadie nos defiende y el propio Defensor del Pueblo se limita a poner cortapegas en sus escritos mencionando a la Dirección General de Tráfico (DGT). Siempre recibimos la misma respuesta: que quien se sienta discriminado, que lo denuncie ante un tribunal. Es increíble que el organismo que realizó la Instrucción 08/V-74 diga ahora que no procede hacerla una ley. Qué fácil es poner en una instrucción párrafos para los ayuntamientos (casi de obligado cumplimiento) e ilusionar a los autocaravanistas para que, posteriormente, la propia DGT exponga que no tiene competencia en los municipios, ni siquiera en el caso de que en estos existan señalizaciones no homologadas o contrarias al catálogo de señales. ¿Por qué no se persigue eso al igual que otras causas? ¿Quién defiende a los autocaravanistas?

«Todo queda en agua de borrajas y en verdades o imposiciones a medias para el autocaravanismo»

La propia Instrucción 08/V-74 cita «no es relevante el hecho de que sus ocupantes se encuentren en el interior del mismo», para después añadir que «la pernocta no tiene acogida en la normativa sobre circulación de vehículos a motor y seguridad vial, por lo que este organismo no puede pronunciarse sobre su definición ni sobre sus implicaciones». Todo queda en agua de borrajas y en verdades o imposiciones a medias para el autocaravanismo.

Se  ponen denuncias a los usuarios por el hecho de estar dentro de una autocaravana (permanencia, expresan en los boletines de denuncia). ¿Pero es este un problema que debemos resolver los autocaravanistas o los fabricantes que las venden? ¿Se puede pernoctar dentro de una autocaravana homologada como vivienda (considerada segunda residencia, apta y legal para estar empadronado en  ella, siendo un domicilio a tenor del Tribunal Constitucional) en la vía pública?, Ésa es la pregunta para la que el autocaravanismo busca respuesta y la interpretación no es la misma, pero es la que vale.  A tenor del Tribunal Superior de Justicia, y sólo en Sevilla, sí. Según  el Tribunal Supremo, no.

Es indudable que, en España, el autocaravanismo crece cada día, pero lo que también es una realidad es que nos expulsan de los municipios, que no nos dejan ni estacionar dentro de todo el término municipal. Lo prohíben hasta a los propios residentes en el municipio que pagan sus impuestos. Estas medidas inadecuadas generan una verdadera impotencia en el colectivo y quedan recogidas en ordenanzas hostiles hacia los autocaravanistas y, con ello, en un perjuicio para los comercios donde estos compran.

«Tenemos mermados unos derechos consolidados que nos corresponden como conductores de vehículos homologados»

Es incomprensible, al ver las sentencias, que unos magistrados piensen lo contrario que otros y que el fallo sea diferente en función de la sala en la que se registre un contencioso relacionado con el autocaravanismo.

Formamos parte de un sector perseguido ahora más que nunca y algunas administraciones no quieren ver que ese sector, tanto en la fabricación y venta de los vehículos como con la llegada de autocaravanistas a los municipios, genera muchos puestos de trabajo directos e indirectos. Tenemos mermados unos derechos consolidados que nos corresponden como conductores de vehículos homologados. Incluso se nos prejuzga antes de haber cometido una posible irregularidad. ¿Dónde está la presunción de inocencia de los autocaravanistas cuando acuden a los municipios?

Con este panorama, a nadie le extraña la realidad: una gran cantidad de autocaravanistas se desplazan a otros países donde está mejor regulado ese sector y donde no son acosados, perseguidos y mal vistos.