La Xunta de Galicia está muy preocupada por el crecimiento de la turismofobia, algo que se traduce en el rechazo hacia los visitantes que llegan de otras comunidades autónomas, especialmente hacia los madrileños, que sienten y expresan algunos gallegos.
Fue el mismísimo presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, quien manifestó esa preocupación del Gobierno autonómico ante el crecimiento de ese sentimiento de turismofobia en Galicia. «Empiezan a aparecer reacciones de turismofobia, de decir que esto es nuestro y que, si viene gente de fuera a disfrutar de ello, nosotros ya no lo podemos disfrutar como antes», apunta.
Para Rueda, tras el movimiento de la turismofobia, al que sus adalides dan alas a través de las redes sociales, se esconde una ideología nacionalista que promueve el rechazo hacia todo aquello que llegue de fuera de las fronteras de Galicia, aunque sea algo que aporte riqueza a la comunidad.
«Cuidado con esto que hay mucha ideología nacionalista detrás que no hace ningún bien», denuncia un Alfonso Rueda que está convencido de que en Galicia hay sitio para todos y de que «podemos seguir creciendo y sabemos cómo hacerlo para no ser invasivos».
Boicot madrileño a Galicia
Si hay unos turistas que generan especial rechazo entre quienes promueven la turismofobia son los madrileños y es que son muchos los habitantes de territorios como Galicia que acusan a quienes llegan de la capital de actuar con prepotencia, de no respetar las normas y de faltar al respeto a la población local. El crecimiento del rechazo al visitante entre los gallegos, quienes llaman a los turistas fodechinchos de forma despectiva, ha llevado a muchos madrileños (también a residentes de otras comunidades) a evitar viajar a Galicia e incluso a proponer hacer boicot a esa comunidad.
La madrileñofobia en Galicia se convirtió en un fenómeno viral en agosto del pasado año, cuando un bar del municipio coruñés de Oleiros pregonó su decisión de cerrar una semana completa para no tener que soportar «a los tontos de la meseta». Ese hecho llevó la polémica al punto de que incluso la prensa extranjera se hizo eco de la inquina que algunos gallegos le tienen a los turistas madrileños y diarios como The Guardian llegaron a dedicar un reportaje a explicar el origen del término fodechincho.