Las aguas del Atlántico determinan la geografía, la historia y la sociedad de las regiones de la provincia de A Coruña y los geodestinos de Muros-Noia y Barbanza-Arousa no son una excepción. Vestigios de antigüedad ubicados en zonas desde las que se divisa una amplia línea de costa, espacios naturales de gran valor ecológico a los que el mar ha dado forma a lo largo de los siglos, playas paradisíacas para disfrutar con los cinco sentidos, localidades cuyas edificaciones evocan un pasado y un presente ligados indisolublemente a la actividad pesquera y unos productos gastronómicos que llegan directamente del mar a la mesa son sólo algunos de los muchos atractivos que descubrirás si visitas estos singulares territorios ubicados al sur de la provincia coruñesa.
Tanto en el geodestino de Muros-Noia (municipios de Losame, Muros, Noia, Outes y Porto do Son) como en el de Barbanza-Arousa (municipios de Boiro, Dodro, A Pobra do Caramiñal, Rianxo y Ribeira en su parte coruñesa) presentan unas aguas que contrastan con las de otros espacios costeros de la provincia y es que, en general, el mar está más tranquilo que, por poner un ejemplo, en la Costa da Morte. Aunque las hermosas playas han convertido a estas regiones en destinos turísticos de referencia, ambas regiones tienen mucho más que ofrecer y dejarán satisfechos tanto a los turistas que lleguen a ellas con la idea de, si el tiempo lo permite, tomar el sol y darse un buen chapuzón como a los que deseen gozar con las gastronomía local, indagar en la historia de nuestros ancestros o, simplemente, relajarse en espacios naturales en los que el tiempo parece haberse detenido.
Al igual que en los otros geodestinos de la provincia, la Deputación da Coruña trabaja en los de Muros-Noia y Barbanza-Arousa para cuidar y proteger su patrimonio natural e histórico, para promocionar una gastronomía basada en los productos de proximidad y para propiciar la llegada de turistas responsables y respetuosos, todo ello con la mirada siempre puesta en la búsqueda de la sostenibilidad y de la excelencia.
Playas de postal y paisajes de película
Playas que por su belleza harán que cualquier aficionado a las redes sociales que llegue a ellas quiera inmortalizar el momento con una o varias fotografías y parajes que serían perfectos para los escenarios de una película de piratas, para los de una ambientada en un planeta lejano con condiciones apropiadas para la vida humana pero sin la contaminación de La Tierra e incluso para los de alguna ambientada en la Prehistoria o en la época de los dinosaurios abundan en los geodestinos que hoy nos ocupan.
Arenales de todos los tamaños y para todos los gustos, islas, dunas, cauces fluviales y monte conviven en el espacio que conforman los municipios de Muros-Noia y Barbanza-Arousa. No es casualidad que pobladores de la Prehistoria y de la Edad Antigua eligieran terrenos de estos enclaves geográficos para ubicar sus construcciones, pues en estos geodestinos hay lugares que irradian una energía especial difícil de describir que sólo puede conocer quien la siente en primera persona.
En el municipio de Ribeira (Barbanza-Arousa) se encuentra uno de los parajes más peculiares de Galicia: el que conforman las dunas de Corrubedo y las lagunas de Carregal y Vixán. Ubicado en la península de Barbanza, entre la ría de Arousa y la de Muros-Noia, este parque natural protegido con unos mil metros cuadrados de superficie, presenta en su territorio diferentes tipos de ecosistemas y una gran variedad de flora y fauna. Extensas zonas de dunas, playas paradisíacas, lagunas de aguas dulces y saladas y marismas conviven en equilibrio y harmonía y para deleite de todo aquel que recorre este parque natural. En cuanto a la riqueza de recursos faunísticos que presenta este espacio, cabe destacar que en él están presentes más del 70% de las especies de reptiles y anfibios que existen en Galicia, así como una gran variedad de aves marinas, algunas de ellas muy escasas y difíciles de observar en otros territorios.

Si las costas de Muros-Noia y Barbanza-Arousa son perfectas para el rodaje de una película de piratas lo son en buena medida por contar con islas que sin duda le encantarían al famoso Capitán Flint para esconder su tesoro. Entre esas islas está la de Sálvora, que forma un archipiélago con otros pequeños islotes y que, junto a las Cíes, Ons y Cortegada configura el Parque Nacional de las Islas Atlánticas. Situada a unos 3 kilómetros del territorio continental, la isla de Sálvora cuenta con una larga y apasionante historia que incluye invasiones sarracenas, actividad fabril con factorías dedicadas a actividades como la salazón del pescado, protagonismo como enclave estratégico de observación marítima durante la Segunda Guerra Mundial y naufragios como el que la directora Paula Cons llevó al cine con su película La isla de las mentiras, que relata la historia de tres mujeres que residían en la isla y que lograron rescatar e 48 de los 260 pasajeros del barco Santa Isabel, que se fue a pique en 1921. Para preservar la isla y evitar el deterioro de su valioso ecosistema, únicamente un número reducido de personas pueden desembarcar en ella cada día. Si quieres visitarla, puedes llegar a ella contratando alguna de las excursiones que parten de los puertos de O Grove, Ribeira, Aguiño o A Pobra do Caramiñal y también, previa solicitud de un permiso, en embarcación privada.

Otra de las islas a destacar y también con una historia muy peculiar es la de A Creba, un islote con una parcela de titularidad privada pero que está abierta al público y, por tanto puede visitarse, en el área delimitada por la Ley de Costas. Sin entrar en los problemas que causa esa fricción entre lo privado y lo público en un espacio tan reducido, que ha llegado a motivar disputas en el Parlamento de Galicia, hay que mencionar que esta isla cuenta con su propia leyenda, una historia de moros y cristianos que explica por qué se levantó en ella una ermita. El afamado escritor gallego Vicente Risco escribió acerca de la mencionada leyenda y relató cómo, después de que los cristianos arrasaran un templo dedicado a la fe islámica que existía en este enclave y mataran a los musulmanes que lo poblaban, la única superviviente de aquella masacra lanzó un conjuro que separó el terreno del continente convirtiéndolo en isla y se transformó en serpiente marina para protegerla y cómo, para acabar con la maldición, un hombre santo formuló una bendición y mandó construir la ermita.
Las playas son otros de los recursos turísticos de gran valor con los que cuentan los geodestinos de Muros-Noia y Barbanza-Arousa. La lista de playas de interés es inmensa pero, por poner sobre la mesa algunos nombres, pueden mencionarse las que existen en el municipio de Porto do Son, como las de Basoñas y Area Longa, de mar abierto y caracterizadas por su oleaje y por el viento que suele soplar en ella, y la de As Furnas, con sus particulares canales y piscinas naturales. En el municipio de Muros, se encuentra la playa de Ancoradoiro, con unas aguas tranquilas que la hacen especialmente apta para los niños y con la consideración de zona protegida. Los arenales mencionados son sólo una pequeña muestra de los que presentan estos geodestinos, que conquistarán a los amantes del turismo playero más exigentes.

Si lo tuyo es la montaña y si te gusta divisar el mundo desde lo alto, tampoco te defraudarán estos destinos de la provincia de A Coruña. La Serra de Outes, que da nombre a uno de los municipios del geodestino de Muros-Noia, es un espacio geográfico donde el paisaje cobra protagonismo y lo hace no sólo por la belleza del propio entorno de la sierra, fruto de la combinación de montañas suaves y ríos serpenteantes, sino también por las espectaculares vistas que ofrecen algunos de sus rincones. Disfrutar de un paseo fluvial por el cauce del río Tins, admirar la ría desde el pico Tremuzo o desde el Miradoiro do Castelo y realizar una ruta de senderismo por un bosque autóctono en busca de flora y fauna son experiencias de las que puedes disfrutar en este enclave.

Para admirar el paisaje y para tomar las mejores fotografías panorámicas también ofrecen las máximas prestaciones enclaves como faro de Monte Louro, en el municipio de Muros y elevado a 27,5 metros sobre el nivel del mar; el mirador de A Curota, en A Pobra de O Caramiñal y a una altura de más de 500 metros que brinda unas vistas impresionantes en los días despejados; y el Castro de Baroña (Porto do Son), que suma a su indiscutible valor histórico y patrimonial el del entorno sobre el que se levanta.
Los cauces fluviales tienen también protagonismo en estos espacios geográficos de la provincia de A Coruña y propician enclaves de indiscutible belleza. Las piscinas naturales del Río Pedras (A Pobra do Caramiñal), la cascada de Cardamoxo (Boiro) y el estuario del Ulla (Rianxo) son buenas pruebas de ello.

Pueblos que dejaron huella
Si los geodestinos de Muros-Noia y Barbanza-Arousa destacan por sus parajes naturales de mar y montaña, no la hacen menos por los vestigios que han dejado en ellos nuestros ancestros. Como ocurre en casi toda la provincia de A Coruña, en estos territorios encontramos restos y edificaciones de muy diferentes épocas, desde la Prehistoria hasta las Edades Moderna y Contemporánea.
Por empezar este recorrido por el legado de los diferentes pueblos que habitaron la zona desde los tiempos más lejanos, merece ser nombrado en primer lugar el dolmen de Axeitos, situado en el municipio de Ribeira (Barbanza-Arousa) y declarado Bien de Interés Cultural. Este monumento megalítico, ubicado en un montículo y con un total de ocho ortostatos (losas verticales) cubiertos por una gran losa a modo de techo, se levantó con el objeto de servir de enterramiento. El dolmen presenta varios petroglifos o inscripciones sobre la piedra, si bien se sabe que al menos uno de ellos no corresponde a la época prehistórica sino a un acto vandálico perpetrado en los años 90. Si eres un apasionado del halo de magia y misterio que envuelve este tipo de construcciones y de todo lo relacionado con la época prehistórica, éste es un monumento que no debes perderte.

A orillas de la ría de Muros-Noia, se encuentra el Castro de Baroña, uno de los restos mejor conservados de esos poblados fortificados de la época prerromana tan típicos de lo que hoy es Galicia y que se conocen como castros. Ubicado en el municipio de Porto do Son, su proximidad a la costa ha llevado a los historiadores a concluir que sus pobladores tenían en la pesca y, en las épocas más tardías, en el comercio marítimo sus principales medios de subsistencia. Este castro se levanta sobre una península rocosa, enclave estratégico para su defensa al facilitar el avistamiento de todos aquellos que se aproximaban a él, y cuenta con los restos de una veintena de casas y de una muralla.

De la época medieval y dentro de la arquitectura civil más funcional, existen en estos geodestinos varios puentes de interés, entre los que cabe destacar el Ponte Nafonso, ubicado sobre el río Tambre y que conecta los municipios de Outes y Noia. Aunque se desconoce a ciencia cierta el siglo en el que se construyó este puente, son muchos los historiadores que, por su nombre, lo relacionan con el siglo XII y con el rey Alfonso IX de León, muy vinculado a Galicia y fallecido en la localidad lucense de Sarria. Lo que sí se sabe es que el puente, tanto en la época medieval como en los siglos posteriores, fue sometido a varias reformas, una de ellas integral en el siglo XIX. De los 27 arcos con los que contaba en el medievo, el puente ha pasado a los 20 que presenta en la actualidad. El puente llama la atención por su anchura, que alcanza en la actualidad los 5 metros y es fruto de la mencionada reforma integral del siglo XIX.

Como cualquiera podrá imaginar, estos geodestinos cuentan también con importantes edificaciones de carácter religioso. La iglesia de Santa María de Noia, de estilo gótico y con el distintivo de Monumento Histórico-Artístico Nacional, y el monasterio de San Xusto de Toxosoutos (Lousame), enclavado en un entorno natural con una maravillosa cascada y con una vegetación que no te dejará indiferente, son dos de las más representativas.

Una función más terrenal tenían las Minas de San Finx (Muros-Noia), una explotación situada en el municipio de Lousame que tuvo su época de mayor esplendor durante la Segunda Guerra Mundial, período bélico en el que se extraían de ella minerales tan codiciados en la época como el estaño y el wolframio. Existe una ruta interpretativa para visitar los restos de estas minas, de cuyo recorrido no debes salirte si deseas mantenerte a salvo pues, tal y como recomiendan quienes coordinan las visitas, las viejas estructuras que siguen en pie y las cavidades suponen un peligro.
No pueden quedar sin mención, para cerrar este breve recorrido por los tesoros patrimoniales de estos geodestinos, los cascos históricos de Muros y Noia, ambos declarados como Conjunto Histórico Artístico que destacan por sus edificaciones con la tradicional arquitectura de las villas marineras. No pierdas la oportunidad de degustar alguno de los productos típicos de la zona en alguno de los bares que existen en las tranquilas calles y plazas de estos hermosos pueblos.

Tierra de grandes escritores
Los geodestinos de Muros-Noia y Barbanza-Arousa están unidos a las biografías de grandes escritores, ya sea porque los mismos nacieron en alguna de las localidades que los conforman o porque ellos o sus familiares pasaron en ellas parte de su vida.
En A Pobra do Caramiñal (Barbanza-Arousa) se encuentra la Casa Museo Valle-Inclán, dedicada al famoso literato modernista Ramón María del Valle-Inclán y ubicada en la Torre Bermúdez, que perteneció a los abuelos de este autor de obras teatrales, poemas, novelas y ensayos. Ejemplares de las primeras ediciones de algunas de sus obras, manuscritos originales, fotografías de época, pinturas, esculturas y caricaturas forman parte del catálogo de piezas que podemos encontrar en este interesante museo.

Rianxo (Barbanza-Arousa) es una localidad de referencia para los amantes de la literatura en gallego y es que allí nacieron tres de los más grandes escritores de cuantos utilizaron para sus obras la lengua propia de Galicia: Castelao, Manuel Antonio y Rafael Dieste. Como testimonio de esa vinculación de los literatos con este municipio quedan casas como la que compraron los padres de Castelao al regresar de la emigración y en la que residió durante muchos años la hermana del autor, un inmueble que, ya es casualidad, está situado en la misma calle en la que se encuentran las casas en las que vivieron Manuel Antonio y Rafael Dieste.

Una gastronomía con acento marino
Si la geografía, la historia, la arquitectura y la sociedad de los geodestinos de Muros-Noia y Barbanza-Arousa están marcadas por la influencia del océano Atlántico, no es ninguna sorpresa que los productos y platos más representativos de la gastronomía de estos territorios tengan su origen en el mar.

Los berberechos de la ría, abundantes, de buena calidad y preparados en arroces, empanada o, simplemente, al vapor; la sardina de Portosín, todo un manjar que cuenta con su propia fiesta exaltación en esa pequeña villa del municipio de Porto do Son; el percebe de Aguiño y la xouba de Rianxo, que también cuenta con sus propios eventos festivos, son algunos de los manjares que, como dicen en los restaurantes y bares locales, llegan directamente del mar a la mesa.

Son también típicas de estos territorios las empanadas de maíz, elaboradas con harina de maíz y con productos de la ría como los mencionados berberechos, las zamburiñas y las xoubas. La de Noia y la de Palmeira (Ribeira) gozan de gran fama en toda Galicia y conquistan el paladar de todos aquellos que las prueban.