Nacho González, que trabaja en la recepción del hotel Ramiro I de Oviedo, asume con una gran ilusión el cargo de presidente de los jóvenes de la Asociación Española de Directores de Hotel (AEDH), puesto desde el que desea potenciar la formación y fomentar la colaboración entre profesionales. La dificultad para encontrar trabajadores que se impliquen en los proyectos es, en su opinión, uno de los principales problemas de los hoteles. La solución al mismo pasa, según apunta, por comunicar mejor lo que realmente significa trabajar en un ámbito tan amplio como el del turismo.
-¿Qué balance haces del verano?
-En Asturias hemos tenido otro verano de récord con una ocupación mayor en los hoteles. Además, en ciudades como Oviedo la temporada aún no ha terminado y los hoteles siguen teniendo cifras muy buenas. Las temperaturas siguen siendo muy buenas y todavía hay muchos turistas que buscan el refugio climático que brindan comunidades autónomas como Asturias. Los Premios Princesa de Asturias también atraen a mucha gente, al igual que el Real Oviedo, que este año está en Primera. Creo que hubo un cambio y que los propios hoteles y las administraciones se han dado cuenta de la importancia de atraer turistas más allá de los meses del verano, que aquí en Asturias siempre han sido los más fuertes. Los eventos deportivos y culturales han ayudado mucho a conseguir esa desestacionalización y, con ello, a que el turismo en Asturias sea más rentable.
-Los hosteleros comentan mucho que los turistas, aunque siguen llegando en buen número, gastan cada vez menos. ¿Has notado eso?
-En el hotel donde estoy yo no lo hemos notado, pero hay que decir que la cafetería que tiene goza de un cierto renombre en Oviedo y tiene una clientela muy fiel. Hablando en general, es verdad que la ocupación no siempre tiene una relación directa con lo que se gasta. Ha cambiado el modelo de turista, que quizás viene menos días, pero en cuanto a la hostelería, nosotros al menos, no hemos detectado esa reducción del gasto. Tampoco es algo que me hayan dicho otros profesionales asturianos de mi círculo cercano.
-Como profesional que trabaja en la recepción de un hotel, ¿cómo has llevado el cambio en la normativa sobre el registro que tanto criticó en su momento la propia AEDH?
-Es algo horrible. Como recepcionista noto lo mucho que les molesta a los clientes. La recepción es el primer sitio por el que pasan quienes llegan a un hotel y nosotros nos esforzamos mucho para causar una buena impresión, pero las molestias que ocasiona la nueva normativa de registro hacen que la experiencia del huésped no empiece precisamente de la mejor manera. Antes, los datos que se pedían eran entre 8 y 10, pero ahora son muchos más. Hay datos que la norma nos obliga a pedir, como la relación de parentesco, que, en la práctica, quienes están en la recepción no piden porque hacerlo es absurdo y puede interpretarse como una invasión de la intimidad. Esto puede hacer que haya gente que prefiera ir a una vivienda turística antes que a un hotel.
-¿Es cierto que a los hoteles les cuesta encontrar empleados profesionales que se impliquen?
-Aunque ahora la pandemia suene casi como un recuerdo lejano, hay que recordar el daño que hizo en cuanto a la percepción que los jóvenes tienen del turismo. Lo que pasó entonces demostró que esa gallina de los huevos de oro que parecía no tener techo que era el turismo se podía parar por completo. Eso se sumó, además, a esa percepción equivocada de que el turismo es un sector cuyos profesionales trabajan demasiadas horas y de que esas horas no se retribuyen. La realidad es que muchos jóvenes se alejan de sectores como el turismo y la hostelería y que a los establecimientos les cuesta cada vez más encontrar buenos profesionales con ganas de trabajar. Creo que hay un desconocimiento que, en parte, se debe a que no se ha sabido comunicar de forma eficaz que camareros y recepcionistas no son los únicos que trabajan en el sector. Hay profesionales del turismo que trabajan en los ayuntamientos y realizan tareas de gestión y promoción, otros que lo hacen en las oficinas de entidades profesionales y asociaciones… Se puede trabajan en infinidad de tareas vinculadas al turismo, en muchas de ellas sin necesidad de tener esos horarios que tanto rechazo generan. El principal problema que tenemos es la mala fama que tiene el empleo en nuestro sector, sobre todo entre la gente joven. Incluso las redes sociales contribuyen a esa mala fama, porque en ellas aparecen casos de abusos y malas prácticas que, aunque puntuales, llevan a pensar que son lo común.
-Uno de los problemas que más se mencionan es el de la vivienda. Muchos trabajadores dicen que lo que ganan en la hostelería y en los hoteles no les llega para pagar el alquiler.
-Puede que en Oviedo hayan subido los alquileres, pero aún es posible encontrar cosas bastante asequibles. La calidad de vida en Oviedo, desde mi punto de vista, es muy buena. La ciudad está creciendo y se van a crear muchas más viviendas a precios asequibles. Oviedo es un lugar ideal para jóvenes donde hay muchas posibilidades de crecer en lo personal y en lo profesional.

-¿Se lo ponen las administraciones cada vez más difícil a los hoteles con tanta normativa y tantas inspecciones?
-La verdad es que podría haber un poco menos de burocracia para que pudiéramos trabajar mejor. Existen protocolos que hay que implementar que, a nivel operativo en un hotel, no tienen mucha razón de ser. Hay mucha burocracia y no sólo en los hoteles. Es algo que afecta a todos los sectores y a todas las empresas.
-¿Cómo afrontas tu nuevo cargo como presidente de los jóvenes de la AEDH?
-Lo recibo con muchas ganas y alegría, pero al mismo tiempo con tristeza. Es una sensación agridulce. Es triste porque Rubén Marín dejó el cargo debido a las obligaciones profesionales que tenía. Es una decisión muy noble, porque a veces la gente se mantiene en los cargos pese a no poder dedicarles todo el tiempo que requieren, pero es una pena que lo deje porque había realizado un gran trabajo. Por otra parte, lo recibo con alegría y con mucha ilusión por el nuevo curso de la AEDH que está a punto de comenzar. Mi deseo es poner en el centro al asociado, porque son los miembros los que hacen la asociación. Le daré mucha importancia a la formación. Quiero que la asociación les brinde a sus asociados espacios en los que puedan aprender mediante la colaboración con compañeros y con profesionales de primer nivel.