El Grand Prix del Verano, uno de los programas más exitosos de Televisión Española que regresó el pasado año tras 18 años de ausencia, vuelve esta noche (22.00 horas) con una nueva edición con más pueblos participantes, más pruebas y mucha diversión. El mítico presentador Ramón García, como no podía ser de otra manera, volverá a estar al frente del programa y lo hará acompañado de Cristina López Pérez (Cristinini) y del showman deportista Wilbur, ambos presentes ya en la pasada edición en la que también estuvo la actriz Michelle Calvó, que no formará parte del equipo en esta ocasión por impedírselo su trabajo en una serie.
Los vecinos de los municipios de Bembibre (León) y Almacelles (Lleida) son los que compiten por lograr el mayor número de puntos posible en el programa del Grand Prix que se emitirá hoy y en el que no faltarán pruebas clásicas como Los troncos locos, El diccionario y La patata caliente. Las risas están aseguradas y la audiencia para TVE también y es que, en la pasada edición, el programa fue líder indiscutible de su franja horaria con una medida de 1,7 millones de espectadores.
Otros de los protagonistas del Grand Prix son los padrinos y madrinas que apoyan a los pueblos participantes. En este primer programa de la presente edición, ese honor les corresponderá al humorista Leo Harlem y a la presentadora Lorena Castell. En la lista de padrinos para esta edición figuran también los nombres de María del Monte, Twin Melody, Miki Nadal, Paula Vázquez, Jaime Astrain, Norma Duval, El Cordobés, María Gómez, Samanta Villar, Juanma Iturriaga, Julio Iglesias Jr, Alba Carrillo, Chiapella, Lala Chus, Blas Cantó, La Terremoto, Ana Guerra y Los del Río.
Los vecinos de los pueblos participantes deberán afrontar en esta edición del Grand Prix un mayor número de pruebas, algunas de ellas de nueva incorporación. Bienvenidos a Tartópolis, una competición basada en lanzar tartas a los rivales; Champions Prix, un partido disputado en un futbolín humano; y Wikipeques, con unos niños que deberán conseguir con sus descripciones que los adultos adivinen un concepto, son algunas de las pruebas que debutan.
Si algo tiene el Grand Prix es que hace que los que ahora son adultos recuerden los tiempos en los que, durante el verano, vivieron bonitos momentos en compañía de su familia, de ahí que la propia canción de este espacio televisivo lo califique como «el programa del abuelo y del niño».
«Todos volvemos a ser niños con este programa. Hay una magia especial, así que, aunque hemos cambiado pequeños detalles, nos hemos comprometido a mantener esa misma esencia», explicaba a los medios de comunicación el creador y productor del formato, Carlo Boserman.
Sin vaquillas
Uno de esos cambios, no exento de polémica, fue la sustitución de las vaquillas de verdad, que tantos revolcones y risas provocaron en la primera etapa del programa, por una persona disfrazada, algo que ya rigió en la edición del año pasado y que indignó a algunos de los más fieles seguidores del Grand Prix que consideran que, sin los animales, no es lo mismo.
También se han caído del formato algunas pruebas debido a los cambios en la normativa sobre seguridad. Este es el caso de la cucaña, para la que ahora sería necesario que los participantes fueran con un arnés de sujeción, lo que incrementaría notablemente el tiempo necesario para prepararla.