Llevarse el amor por el Deportivo a la tumba es lo que, literalmente, ofrece Pompas Fúnebres, una empresa funeraria de A Coruña que comercializa un ataúd blanquiazul que sin duda encantará a los hinchas más acérrimos del conjunto gallego.
Según informan desde la propia empresa, fue la petición del hijo de un fallecido que había expresado su deseo de ser enterrado de blanco y azul, y la imposibilidad de cumplirlo en su momento lo que llevó a Pompas Fúnebres a poner a disposición de sus clientes este ataúd tan futbolero. Ahora, cualquier aficionado que quiera cumplir a rajatabla con uno de los cánticos más repetidos en el estadio de Riazor, aquel que dice «el día que me muera yo quiero mi cajón pintado de azul y blanco como mi corazón».
La propuesta de Pompas Fúnebres destaca por su originalidad y es que no hay constancia de casos similares en otras funerarias y con otros clubes de fútbol. Se han visto ataúdes cubiertos con banderas de equipos de fútbol e incluso cajas mortuorias con el escudo del club de fútbol de turno en relieve, pero parece que la idea de pintar el ataúd con los colores de un conjunto deportivo es tan disruptiva como novedosa y eso que el mencionado cántico no es algo exclusivo del Deportivo sino que se repite, obviamente con variaciones al aludir a los colores, en muchos otros estadios del mundo.
Otras propuestas que unen muerte y fútbol
Una de las propuestas más curiosas de cuantas vinculan la muerte al fútbol fue la de un ataúd que era, en sí mismo, una réplica del antiguo estadio Santiago Bernabéu que, siempre que se dejen al margen los escrúpulos que suelen aflorar a la hora de abordar cuestiones fúnebres, encantaría a cualquier fanático del Real Madrid.
También fueron noticia los casos, ocurridos en países como Argentina, de aficionados que, con o sin el consentimiento del club y de las autoridades, tiraron las cenizas de familiares o amigos en el estadio donde juega el equipo del fútbol al que le entregaron su corazón. Esta ocurrencia llevó a muchos clubes a plantearse ofrecer a sus hinchas la posibilidad de convertir el estadio en su última morada a cambio, eso sí, de una contraprestación económica y es que, tal y como está el fútbol actual, incluso la muerte es vista como una oportunidad de marketing y para ganar dinero.