Los incidentes ocurridos en San Isidro llevan a los aficionados taurinos a comparar la plaza de Las Ventas con «un enorme bar»

Las Ventas

Los incidentes ocurridos durante la última Feria de San Isidro, tanto dentro de la plaza de Las Ventas como en sus aledaños, han llevado a muchos aficionados taurinos a poner el grito en el cielo y a decir basta ante lo que consideran una deriva que pone en peligro la propia esencia de la tauromaquia y que hace que, como apunta la Asociación Juvenil Taurina Española (AJTE), recintos como el de la capital española, considerado el más importante del mundo, se hayan convertido en «un enorme bar».

El problema, según cuentan las asociaciones taurinas y lo más puristas en la materia, reside en que cada vez son más los que acceden a la plaza de Las Ventas y a otras muchas repartidas por la geografía española más con la intención de consumir alcohol y de montar follón que de contemplar un espectáculo taurino. Por supuesto, en los toros se grita y se abuchea, cuando es menester, pero jamás en momentos de la lidia en los que el torero requiere la máxima concentración. Esto último ocurrió prácticamente en todas las corridas de la última Feria de San Isidro y eso, para los aficionados de verdad, resulta intolerable.

«Tras el bochorno vivido en plena faena de Paco Ureña al quinto de la tarde, nos veíamos obligados a manifestar el enorme bar en el que se ha convertido la plaza. Y el problema no es sólo el alcohol, sino también el triunfalismo desaforado y el todo vale«, explica AJTE a través de su perfil de Twitter, donde la asociación también compartió la foto de una pancarta mostrada en Las Ventas y con el lema ¡Menos alcohol y más educación!

Los problemas no sólo ocurren en el interior de la plaza, sino también en sus exteriores y es que, según denuncian algunos aficionados y los vecinos de la zona, cada vez son más los grupos que eligen los aledaños del coso de Las Ventas para hacer botellón, sin respetar siquiera las estatuas de toreros que hay en ese espacio. Imágenes como la que compartió en Twitter el usuario El Toro (@Poyastrons), en la que puede verse la estatua dedicada al Yiyo con restos de botellón y de orines, son cada vez más frecuentes.

Esos incidentes exteriores adquieren en ocasiones tintes más violentos, como en el suceso protagonizado por unos ultras del Atlético de Madrid que, supuestamente, hirieron a dos camareros tras una corrida a la que los propios radicales del fútbol habían asistido.

Los sucesos se saldaron con cuatro detenidos y con dos camareros heridos. Burlarse de una mendiga que pedía limosna en la calle tras echarle cerveza en el recipiente que tenía para recoger las monedas e intentar robar la cabeza disecada de un toro que había en uno de los locales fueron algunos de los hechos que, según testigos presenciales, perpetraron estos violentos aficionados, que supuestamente habían acudido a la plaza invitados por el torero Gonzalo Caballero, reconocido seguidor del Atlético de Madrid al que los ultras no pararon de animar a voz en grito y coreando consignas más propias de un estadio de fútbol que de un coso taurino.

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