Antes de su baño de masas como pregonero de las fiestas de María Pita, Lionel Scaloni tuvo un profundo y emotivo homenaje en el estadio de Riazor, sobre el césped y con el apoyo incondicional de unos aficionados que, aunque menos que en un partido de temporada, lo dieron todo para ovacionar al que fue uno de sus jugadores más queridos.
La noticia de que Scaloni pronunciaría el pregón de las fiestas de A Coruña propició que el Deportivo preparara el acto con ciertas prisas y que lo encajara dentro del partido entre el conjunto blanquiazul y el Atlético Arteixo organizado para honrar la memoria de Arsenio Iglesias, el entrenador que forjó al Súper Dépor fallecido este año. El día soleado de playa, el horario de inicio del encuentro (18.00 horas), la escasa entidad del rival y la práctica imposibilidad de aplaudir a Scaloni en Riazor y de llegar a tiempo después para escuchar el pregón propiciaron que las gradas presentaran un aspecto inusualmente desangelado, nada que ver con la muchedumbre que se reuniría después en la plaza de María Pita. Pese a esta circunstancia, las lágrimas de Scaloni, que salió el césped de Riazor junto a sus hijos, son una prueba de que el ahora seleccionador de Argentina no debía ni podía irse de A Coruña sin regresar al estadio donde fue tan feliz.
Con la canción Yo te quiero dar, tema del grupo argentino La Mosca que se cantaba en Riazor con una letra adaptada al Deportivo en el año en el que el conjunto coruñés ganó la Liga, con sus hijos de la mano, vestido con la camiseta blanquiazul y con imágenes de algunos de sus partidos proyectándose en los videomarcadores, Scaloni salió al campo para recoger la insignia de oro y brillantes del club de manos del presidente Álvaro García Diéguez, para recibir un obsequio de los peñistas y, sobre todo, para sentir la más que merecida ovación que le tributaron las cerca de 8.000 personas que no fallaron a la cita.
Emotivo recuerdo de Arsenio
Si el descanso fue el momento de Scaloni, los minutos previos al inicio del partido entre el Deportivo y el Atlético Arteixo fueron el de Arsenio Iglesias, mito del deportivismo que falleció este año y cuyo nieto hizo el saque de honor.
El nieto de Arsenio recibió una camiseta del Deportivo, la que emula la bandera de Galicia, y otra del Atlético Arteixo, club de la localidad donde nació el mítico entrenador del equipo blanquiazul que, por cierto, dirigió a Bebeto y a Mauro Silva, jugadores campeones del Mundo con Brasil a los que el Deportivo homenajeará esta misma semana en el Trofeo Teresa Herrera.
El Deportivo derrotó al Atlético Arteixo por 6-0 y algunos aficionados percibieron detalles que invitan al optimismo de cara a la próxima temporada, como la buena actuación del joven Yeremay. Con todo, eso era lo de menos en una jornada marcada por la emoción de despedir al mito que se fue y por saludar al que regresa a la que fue su casa.