La inteligencia artificial de ChatGPT considera que Ferrol es «el pueblo más feo» de Galicia

Ferrol feo

Dicen los ferrolanos que el lugar donde viven ni es un pueblo ni es feo y, por eso, no es de extrañar que estén muy enfadados después de que la inteligencia artificial de ChatGPT señalara a Ferrol como «el pueblo más feo de Galicia». Esta urbe ubicada en la provincia de A Coruña tiene el dudoso honor de representar a la comunidad autónoma gallega en un listado de las localidades menos bellas de España elaborado según el criterio de la popular herramienta tecnológica y publicado en numerosos medios de comunicación.

Lo cierto es que la inteligencia artificial no parece saber diferenciar un pueblo de una ciudad, pues en la lista, además del comentado caso de Ferrol figuran otras urbes, incluso algunas capitales de provincia. Palencia, representante de Castilla y León; Teruel, elegida como la localidad más fea de Aragón; Avilés (Asturias) o Getafe (Comunidad de Madrid) se alejan bastante, por población e infraestructuras, de lo que tradicionalmente podríamos considerar como pueblo.

Mucho más subjetiva es la cuestión de la fealdad, si bien, tal y como recogen periódicos como Vozpópuli, eso es algo que reconoce incluso ChatGPT. «La apreciación de la belleza y el atractivo de una ciudad también puede variar según las preferencias individuales. Sin embargo, puedo mencionar algunas ciudades que a veces se consideran menos atractivas en cada una de las comunidades autónomas de España. Ten en cuenta que esta lista es subjetiva y está sujeta a debate», le contestó la inteligencia artificial a periodistas del mencionado diario después de que estos le preguntaran acerca de los pueblos más feos de España.

Comentarios negativos de visitantes y vecinos

Los ferrolanos, aunque sea la inteligencia artificial la que ha señalado a su ciudad como la localidad más fea de Galicia, no deben cargar sus iras contra ChatGPT, que únicamente se hace eco de la información que posee y que, en este caso, sin duda está basada en las opiniones sobre la urbe naval que circulan por internet.

El algoritmo que sigue la inteligencia artificial, que a muchos ya les empieza a parecer cualquier cosa menos inteligente, es el de combinar informaciones y opiniones vertidas en la red. Esto, en primer lugar, explica quizás por qué hay ciudades en una lista que debería ser de pueblos, ya que parece lógico que el volumen de críticas que recibe Ferrol sea mayor que el de las que se vierten sobre otras localidades con muchos menos habitantes. Junto a este parámetro de cantidad opera el de la calidad, es decir, el porcentaje de opiniones que, una vez alcanzado lo que ChatGPT considere como una muestra significativa, son negativas.

Tal y como recuerda el diario coruñés Quincemil en un reportaje que elaboró al respecto de esa supuesta fealdad de Ferrol que detecta la inteligencia artificial, comentarios del tipo «es feo», «no hay nadie» o «no hay nada que hacer», que a veces expresan incluso ferrolanos que aman a su ciudad, no ayuda a que la ciudad tenga buena fama.

Una realidad distinta

Lo que le ha ocurrido a Ferrol es un buen ejemplo de hasta qué punto la inteligencia artificial tiene fallos y es que, sin entrar en comparaciones con otras localidades gallegas, lo cierto es que esta ciudad tiene mucho que ofrecer y ha sabido, además, sobreponerse a crisis en sectores como el naval, en el que se basaba y en el que todavía se basa buena parte de su economía.

El señalamiento de ChatGPT a Ferrol como «el pueblo más feo» de Galicia contrasta, por ejemplo, con el hecho de que la urbe se encuentre ahora mismo inmersa en un proceso para lograr el distintivo de Patrimonio Mundial de la Unesco y cuenta para ello con construcciones y espacios que tienen la consideración de Bien de Interés Cultural (BIC) y que, además, están ligados a la tradición naval de la urbe. El castillo de San Felipe, las baterías de San Cristóbal, San Carlos y As Viñas y el Arsenal Militar son algunos ejemplos.

A ese patrimonio tan vinculado al mar y a la navegación hay que sumar los tiempos felices que viven los ferrolanos después de que el equipo de fútbol local, el Racing de Ferrol, lograra el ascenso a la Segunda División como primer clasificado de un grupo liguero en el que figuraba el Deportivo de La Coruña, su principal rival en la provincia y al que, históricamente, los ferrolanos siempre habían observado desde una posición de inferioridad.

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