El Ministerio de Cultura, que dirige Ernest Urtasun, ha tomado la decisión de eliminar el Premio Nacional de la Tauromaquia y asestarle así un nuevo golpe al mundo del toro. Los aficionados a la tauromaquia y quienes viven de ella ya habían mostrado su pesimismo cuando se conoció que el ministro Cultura sería Urtasun, que llegó a calificar a la fiesta nacional como una actividad «injusta, sádica y despreciable».
Esta decisión, que desatará la ira de los defensores de la fiesta nacional y agradará a los colectivos antitaurinos, no es la primera contra los toros que adopta el Ministerio de Cultura encabezado por Urtasun, que ya había determinado que nadie relacionado con el mundo del toro recibiera la Medalla de las Bellas Artes. También fue el ahora ministro Urtasun uno de los principales impulsores de las enmiendas contra las ayudas a los ganaderos del toro bravo en el Parlamento Europeo.
Para justificar su decisión de eliminar el Premio Nacional de Tauromaquia, el Ministerio de Cultura alude a que la gran mayoría de los españoles se oponen al maltrato animal, en general, y a los espectáculos taurinos, en particular.
El Premio Nacional de Tauromaquia ya no se convocará este año, aunque, para su eliminación definitiva, el Ministerio de Cultura realizará una consulta popular. Toreros como Morante de la Puebla, Juan José Padilla y Enrique Ponce e instituciones como La Fundación Toro de Lidia y la Escuela de Tauromaquia de Madrid Marcial Landa han recibido este galardón.
Respuesta de las comunidades autónomas
Ante la decisión del Ministerio de Cultura de eliminar el Premio Nacional de Tauromaquia, se alzan políticos en cuyas autónomas tienen un gran arraigo los toros. Comunidades como Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana crearán sus propios galardones taurinos para contrarrestar este nuevo golpe del Gobierno del Estado a la fiesta nacional.
«Quiero anunciar que vamos a contactar con el sector taurino para crear desde Castilla-La Mancha unos Premios de Tauromaquia», declaró el presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, que abre un nuevo frente con el Gobierno central en manos de su propio partido.
También reaccionó a la supresión del Premio Nacional de Tauromaquia el vicepresidente de la Comunidad Valenciana y torero Vicente Barrera, que expresó su «total repulsa» ante una decisión que considera «arbitraria y sectaria».
«No solo un acto de censura, sino también un ejemplo de sectarismo político al intentar imponer una única perspectiva cultural desde la izquierda”, manifestó Barrera para después añadir que “este es un símbolo de ataque la libertad de expresión, cuando el papel del Estado debería de ser el de la promoción y protección de la diversidad cultural que caracteriza a nuestro país”.