La Comunidad de Madrid le declara la guerra al jabalí y ha decretado la emergencia cinegética en un total de diez comarcas forestales y dos términos municipales (Lozoyuela-Navas-Sieteiglesias y Villaviciosa de Odón) para dar vía libre a los cazadores para que atrapen y den muerte a unos animales que, en los últimos tiempos, han provocado numerosos accidentes de tráfico y cuantiosos daños en las cosechas.
La guerra contra el jabalí se prolongará hasta el año 2030 o, al menos, ese es el horizonte que ha marcado la Comunidad de Madrid para que sus medidas de choque surtan el efecto deseado. A la mejora de la señalización en los espacios más frecuentados por los animales y a la instalación de elementos de disuasión para ahuyentarlos, se sumará la tarea de los cazadores que pondrán sus habilidades cinegéticas al servicio del Gobierno regional y de su plan antijabalí.
Jaulas-trampa, rifles con dardos anestésicos y arco y flechas son los tres sistemas de caza que permite la Comunidad de Madrid, en cualquier momento, para diezmar la población de jabalíes en los territorios para los que se ha declarado la emergencia cinegética, que son aquellos donde las incidencias son más frecuentes. Además, se podrá recurrir a modalidades de caza con armas de fuego, como la batida, la montería, los recechos y los aguardos en los períodos habilitados para ello.
Para que caigan abatidos los máximos jabalíes que sea posible, la Comunidad de Madrid autorizará la utilización de visores térmicos y permitirá que se eleve hasta un 50% la cacería colectiva en cotos y terrenos destinados a este fin, así como que se repita un enclave dentro de la misma temporada.
El Ejecutivo autonómico ya había aplicado con anterioridad otras medidas para evitar que estos animales causaran daños en terrenos agrícolas o en las proximidades de los municipios a los que se acercan en busca de comida, como la esterilización de hembras, capturas controladas y utilización de repelentes odoríficos o pastores eléctricos.
“Con esta iniciativa, valiente y decidida, dotamos a las administraciones locales y propietarios de cotos o terrenos no cinegéticos de instrumentos para controlar los desequilibrios en el medio natural, pudiendo contribuir a la labor que realizamos desde el Ejecutivo regional”, explica el consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de la Comunidad de Madrid, Carlos Novillo, que recuerda que la caza es uno de los principales motores de desarrollo rural y económico de la región, que en la última temporada ha finalizado con 13.100 licencias expedidas, con cerca de 44.000 profesionales acreditados y con 770 cotos estables.