El Real Madrid fue el campeón de la Champions League, ganó la Liga, salió vencedor de la Supercopa de Europa y sus jugadores Thibaut Courtois y Karim Benzema recogieron el Premio Yashin al mejor portero y el Balón de Oro al mejor jugador del mundo respectivamente; sin embargo, el galardón al Mejor Club del año fue a parar al Manchester City.
Esta decisión fue un escándalo en toda regla que nadie comprende salvo que hayan intercedido los petrodolares de los Emiratos Árabes que tiene en cantidad el club inglés, uno de esos que se conocen como clubes estado y al que, por cierto, eliminó el Real Madrid de la pasada Liga de Campeones. Otra posibilidad apuntada por periodistas y expertos analistas es que entidades como la UEFA mediaran para perjudicar al club que preside Florentino Pérez, principal impulsor del proyecto de la Superliga Europea.
Para los madridistas, aunque lo principal era que Benzema confirmara las cábalas y recogiera el Balón de Oro, la elección del Manchester City como Mejor Club del año va más allá del simple hecho de que no sea el Real Madrid quien lo recoja, pues la entidad blanca, con ese galardón, empataría en la gala con el Barcelona, que cosechó tres premios: los de Gavi (Premio Kopa al mejor jugador joven), Alexia Putellas (Mejor Jugadora) y Robert Lewandowski (Mejor Goleador).
Un sueño cumplido para Benzema
Ni siquiera el escándalo del premio entregado al Manchester City, que muchos prefieren calificar como galardón robado al Real Madrid, pudo empañar la jornada vivida por Karim Benzema. Pocas veces este premio había sido tan merecido. El delantero francés del Real Madrid ganó títulos, marcó goles, protagonizó jugadas increíbles y, además, lo hizo todo a los 34 años, una edad en las que muchos futbolistas piensan más en su epílogo que en mantener la competitividad.
Benzema, muy elegante para la ocasión y con gafas, subió al escenario para recoger el premio individual más deseado del planeta fútbol y para reconocer que ganar el Balón de Oro es un sueño cumplido para él. Durante su discurso, siempre desde la humildad, tuvo palabras de cariño para su madre, a la que le pidió que subiera con él al escenario; para sus compañeros en el Real Madrid y para el brasileño Ronaldo Nazario que, tal y como recordó fue su ídolo.
