Cada vez son más los turistas que, para dejar una prueba visible de los lugares que visitan, cuelgan fotos en Instagram o en otras redes sociales pero, en el caso de hacerlo en espacios como el campo de concentración de Auschwitz, esas imágenes pueden herir sensibilidades, especialmente si la pose de la persona que aparece en ellas pueden considerarse frívolas o poco respetuosas.
Las fotos de postureo de instagrammers, sobre todo chicas jóvenes, que posan en Auschwitz como si estuvieran en una sesión de modelaje han llevado a los responsables de las instalaciones a pedir respeto a través de las redes sociales. Dicen quienes administran este importante recurso histórico que nada hay de malo en tomar fotografías que muestren lo que allí ocurrió, pero piden a los visitantes que tengan muy en cuenta el tipo de imágenes que captan con sus teléfonos móviles, tanto a la hora de sacarlas como a la de decidir si las comparten en internet.
«Las imágenes pueden tener un inmenso valor emocional y de documentación para los visitantes. Las imágenes nos ayudan a recordar. Al venir a Auschwitz, los visitantes deben tener en cuenta que entran en el sitio auténtico del antiguo campo donde más de un millón de personas fueron asesinadas. Respeta su memoria», publicó la cuenta de Twitter de Auschwitz Memorial (@AuschwitzMuseum).
Las fotos de la polémica no tardaron en hacerse virales y fueron muchos quienes les dedicaron unas palabras de crítica y resaltaron que determinadas posturas y determinados gestos no tienen cabida en un lugar de horror y sufrimiento como el campo de concentración de Auschwitz.
«Cuando visitas un sitio como Auschwitz, lo mínimo que puedes hacer es guardar un poco de respeto», publicaba en Twitter Capitán Tercio (@capTercio), cuyo comentario acompaña a la fotografía de una chica que posa sentada en las vías del tren que conducen a la entrada del campo mientras otro joven le saca una foto con su teléfono móvil.
Otros tuiteros compararon lo que hacen las instagrammers de las fotos con lo que, según afirman, harían ellos si estuvieran de visita en Auschwitz. «Las mujeres van a Auschwitz a hacerse fotitos de postureo, los pibardos vamos para preguntarle al guía por qué las puertas de las cámaras de gas eran de madera», apunta, con una comparación de género que muchos considerarán un tanto simplista y bastante desafortunada, @Luiscuneteado.
