La cazadora Beatriz Rosete: «Si uno va a cazar sólo con el ánimo de matar, no es un buen cazador»

Beatriz Rosete

Beatriz Rosete es una de esas jóvenes españolas que han decidido involucrarse en un mundo de la caza en el que cada vez hay más presencia femenina. Esta asturiana intrépida de 24 años, que aspira a convertirse en una gran profesional del marketing y de la administración y dirección de empresas, es una gran defensora de la caza responsable y anima a sus compañeros a que alerten y denuncien a quienes no se guían por las buenas prácticas cuando salen al monte, que son, según precisa, una minoría dentro del colectivo. Como a muchas otras cazadoras, su actividad en redes sociales le ha pasado factura en forma de insultos y amenazas de los animalistas, una cuestión con la que ha aprendido a lidiar y a la que le otorga cada vez menos importancia.

-¿De dónde te viene tu pasión por la caza?

GFG

-Es algo bastante peculiar, porque yo, hasta los 9 años, cuando empecé a ir con mi padre al puesto, era una niña anticaza, porque no tenía todavía elementos de juicio y no sabía nada de la caza más allá de que suponía matar animales. En mi pueblo, una vez, llegué incluso a soltarle de todo a unos cazadores que le estaban tirando a un jabalí. Con 9 años ya cambié y empecé a acompañar a mi padre, que ya era cazador y me enseñó ese mundo desde dentro. Desde entonces, ya nunca lo dejé. Comprobé que la caza era algo muy distinto a lo que yo tenía en mente.

-¿Recuerdas cuándo cazaste tu primer animal y con qué edad?

-Fue hace dos años, en el mes de noviembre y en el coto de La Parraguesa. Llevaba ya dos años con el permiso de armas y aún no había matado nada. Ese día hice doblete, porque me estrené con una hembra de jabalí de entre 70 y 80 kilos y después le di a otro que no conseguí cobrar y que un señor encontró al día siguiente a tan sólo unos metros de donde yo le había tirado.

«Los cazadores tenemos que ser los primeros en defender las buenas prácticas»

-¿Cazas siempre en Asturias y en sus proximidades o has hecho algún viaje más lejos para cazar?

-Sobre todo por Asturias. También he ido a Riaño, en la provincia de León, a una cacería en la que la mayoría eran mujeres. El último viaje que hice para cazar fue a la sierra de Gredos, en Extremadura.

-Hasta ahora, has hablado sobre todo de jabalíes. ¿Qué más animales has cazado?

-Llevó ocho jabalíes abatidos en mi vida, cuatro en batida y otros cuatro en rececho. También he cazado un rebeco hembra, que es un animal de alta montaña que exige mucho esfuerzo físico y un equipo adecuado. El pasado mes de septiembre fui a cazar el venado a Gredos y fue muy emocionante porque era la primera vez que cazaba ese animal y porque lo hice junto a mi padre. Si uno va a cazar sólo con el ánimo de matar no es un buen cazador, porque la caza es algo mucho más amplio. Eso lo sabemos bien las personas que cazamos tradicionalmente y en el norte de España, donde la caza es escasa, dura y sacrificada. No es escasa porque haya pocos animales sino, más bien, porque cuesta mucho sacarlos. El que caza así muere siendo cazador, porque le da importancia a las cosas que realmente la tienen: las vivencias, el ver a los perros trabajar, los momentos con la cuadrilla, las comidas con los compañeros en las que se comenta la jornada de caza…

cazadora Beatriz Rosete

-¿Estás en contra de algunas modalidades de caza que se alejan de esa forma de cazar que explicas con tanta pasión?

-Yo, como cazadora, respeto todas las modalidades de caza. Me da igual que sean de agarre, con perros de rastro, con rehalas, las esperas nocturnas, los recechos, las batidas… Pero creo que, incluso dentro de cada una de esas modalidades, hay maneras diferentes de hacer las cosas. Por ejemplo, el agarre es que los perros cogen al animal y luego el cazador lo remata a cuchillo. El problema viene cuando, como me pasó a mí el otro día, llega un vídeo en el que se ve cómo un jabalí está, literalmente, siendo despellejado vivo por seis o siete perros de presa y la persona, en vez de rematarlo, lo está grabando. A lo que voy es a que respeto todas las modalidades siempre y cuando estén bien practicadas. Los cazadores tenemos que ser los primeros en defender las buenas prácticas, porque si cazamos sin ética les damos argumentos a los animalistas para que nos ataquen.

«No se puede permitir que haya personas sufriendo a nivel económico y personal porque el lobo está matando a sus animales»

-En Asturias, al igual que en Galicia, los ganaderos tienen muchos problemas con el lobo. ¿Cuál es tu postura acerca de la prohibición de cazarlo?

-El lobo no deja de ser una especie de nuestra fauna que tiene que existir, pero tiene que existir de forma controlada, igual que el jabalí, el corzo o el venado. Es un animal más. Lo que no puede ser es que un animal que ahora no está en peligro de extinción, como sí lo estuvo en su día, esté protegido de forma que no se lo pueda cazar. Si no está en peligro de extinción, tiene que empezar a cazarse, bajo un plan determinado para su especie pero tiene que cazarse. Lo que no se puede permitir es que haya personas sufriendo a nivel económico y personal porque el lobo está matando a sus animales. El del lobo es un problema complicado que tiene que gestionarse. Lo más importante son las personas y para que las personas estén bien hay que tomar decisiones. Bajo este mismo razonamiento, los animales domésticos tienen que estar por encima de los animales salvajes. Es una cuestión de prioridades. Lo que no puede ser es que pese más la vida de un animal salvaje que la de una familia. Si está mal que yo cace, también estará mal que un lobo mate cincuenta cabezas de ganado para luego comerse sólo una. Porque el lobo tiene un instinto asesino y no mata para comer. Él mata y después, si le conviene, pues también se lo come. Pero mata diez y come uno. Mucha gente de ciudad que defiende la protección del lobo nunca estuvo en contacto con la realidad del rural o nunca perteneció a él. ¿Van a pagar ellos los daños que el lobo hace a la ganadería?

-¿Comes lo que cazas?

-Por supuesto. Lo que se caza siempre se come y el que no lo haga no es un cazador de verdad. Los tres argumentos que tengo yo para sentirme orgullosa de ser cazadora son que contribuyo a gestionar el medio; que consumo la carne más sana que hay, porque es de animales que no están cebados con pienso; y que evito la sobrepoblación de ciertas especies.

Beatriz Rosete y padre
La cazadora Beatriz Rosete, junto a su padre

-¿Estás preocupada por la nueva Ley de Bienestar Animal en trámites?

-No estoy tan preocupada por la Ley de Bienestar Animal en sí misma como por las malas prácticas de algunos cazadores que son minoría y a los que los cazadores responsables debemos vigilar y denunciar. Es verdad que la ley, tal y como está planteada, quiere acabar con la caza. Equipara a los animales salvajes con los domésticos. Lo que pretende no es proteger a los perros de caza, sino terminar con la actividad. Yo entiendo que haya una ley que regule que los animales estén protegidos. Los perros, en concreto, tienen que estar protegidos y yo, como cazadora, soy consciente de que en el mundo cinegético hay personas malas que tienen a los perros en unas condiciones deplorables. Eso existe, pero no es lo que hace la mayoría. Lo que tenemos que hacer los cazadores responsables, más allá de decir que eso está mal, es perseguirlo y luchar desde dentro. Eso implica que si un cazador ve a otro que tiene maltratados a sus perros debe denunciarlo. Esa es la única forma que tenemos de quitarles argumentos a los animalistas y de frenar el avance de esta ley. Cualquier cazador que se preste cuida a sus perros y el que no los cuide merece sanciones y hay que ir a por él.

-Un miembro del partido Unidas Podemos llegó a calificar a las mujeres cazadoras como elementos folclóricos.

-Unidas Podemos quiere presentarse como un partido abierto, respetuoso y feminista. ¿Feminista para quién? ¿Para las mujeres que opinan como ellos? A las mujeres que no entran en su prototipo de mujer de izquierdas no las tienen en cuenta y no las defienden. A mí que no me vengan a contar cuentos de que apoyan a todas las mujeres porque no es así. Luego tachan a la derecha de machista y ellos hacen exactamente todo lo que critican. En definitiva, cualquier extremo es malo, hacia un lado o hacia el otro, en política como en la vida misma.

«Hay mucha envidia en la caza. He visto mucho odio entre mujeres cazadoras. Hay algunas que parece que están más preocupadas de los seguidores que tienen otras o de las marcas para las que trabajan que de disfrutar de la caza»

-La alcaldesa de Gijón, ciudad en la que tú vives, acabó con las corridas de toros después de que se lidiara en la plaza un toro llamado Feminista.

-Es que a veces pasan cosas que directamente me producen risa. Yo respeto a todo el mundo, es más, respeto incluso a los animalistas. Cada uno tiene su opinión y hay que respetarla. Yo no soy muy de toros y nunca he ido a una corrida, pero entiendo que haya gente a la que le gustan y no comprendo por qué una persona tiene que prohibir algo sólo por el hecho de que a ella no le guste. Hay determinados políticos que están empeñados en acabar con todo lo que no les gusta. En los toros, como en la caza, puede que haya cosas que hay que cambiar, pero la prohibición nunca es la solución.

-Eres una persona bastante activa en las redes sociales y publicas con frecuencia fotos de tus cacerías. ¿Has recibido insultos y amenazas por ello?

-Al principio, cuando empecé con las redes sociales, respondía educadamente a la gente que me dejaba comentarios negativos, pero ya cuando empezaron a insultar y a decirme que ojalá me muriera y cuando esos insultos se prolongaron durante más de un año, llegué a cerrar Facebook. Me decían unas barbaridades increíbles. Ahora, en Facebook sólo acepto a cazadores o personas que defienden la caza. En todo caso, ahora, sobre todo después de un vídeo que hice defendiendo la caza con argumentos, tengo menos haters que antes. Yo creo que vieron en mí a una persona fuerte a la que no iban a poder intimidar y muchos desistieron. Cuando me llega algún insulto o amenaza, yo bloqueo y fuera, porque cuanto más caso les hagas, peor. No hay que darles ni un mínimo protagonismo, porque no lo merecen.

Beatriz Rosete perro

-Y como mujer cazadora, ¿has recibido algún menosprecio de corte machista?

-Pues algún comentario tonto sí que me cayó, pero ese no es el problema. El problema viene de nosotras mismas, de las mujeres. Hay mucha envidia en la caza y eso es algo que me da mucha pena y mucha rabia. Yo, entre hombres, y cacé toda la vida entre hombres, nunca tuve ningún problema. Siempre fui una más, para lo bueno y para lo malo. Lo que pasa es que, cuando empezaron a entrar muchas mujeres en la caza, comenzó una rivalidad muy absurda por cuestiones como la ropa que llevan, el rifle que se compran… Es por eso por lo que yo me planteo si, más que la caza, las que somos machistas somos nosotras mismas. He visto mucho odio entre mujeres cazadoras y ahora con lo de las redes sociales y los seguidores aún más. Hay algunas cazadoras que parece que están más preocupadas de los seguidores que tienen otras o de las marcas para las que trabajan que de disfrutar de la caza. A mí no me parece bien que entre nosotras nos ataquemos.

-¿Tienes trofeos de caza en tu casa?

-El primer jabalí que abatí, una hembra, no tenía colmillos, de hecho los pocos que tenía se los reventé con el tiro que le pegué en la boca. Así que de esa primera no tengo. Sí tengo tres tablas con colmillos de otro jabalí, que era muy pequeño pero que le saqué porque era el primero sin contar la que mencioné antes. Tengo también unos colmillos de otro que cacé al rececho y que son más grandes y los de otro muy grande que maté en espera. Esos son mis trofeos junto con el rebeco hembra y el venado. Luego mi padre tiene más: venado, corzo, gamo, rebeco y un muflón.

«Hay determinados políticos que están empeñados en acabar con todo lo que no les gusta»

-¿Hablas de tu pasión por la caza con tus amigos y compañeros universitarios?

-Yo, durante mi vida académica, donde más problemas tuve con ese tema fue en Primaria y en la ESO. Los niños actúan a imagen y semejanza de lo que tienen en casa y todo lo que se les dice se les queda. Así que si les dicen en casa que matar animales está mal… que por ese camino vamos… Yo era ya cazadora y los compañeros de clase me hacían un poco el vacío. Nadie les explicaba que cazar no es sólo matar y que es algo necesario o que la carne que comían en su casa era de animales que estaban en bastante peores condiciones que los que yo podía cazar. La verdad es que yo pasé por una etapa de acoso escolar por ese motivo. Luego en la universidad intentaba no mencionar mucho el tema de la caza, porque sabía con qué me podía encontrar, pero un día me planté y decidí contarlo. Había algunos que reaccionaban normal, sin más, y otros que sí me cuestionaban. A esos, yo les respondía a lo que me preguntaban e intentaba explicarles. Muchos reducían la caza al elefante del Rey, a los safaris y a los galgos abandonados. Muchos entendieron esas explicaciones y ahora son amigos míos que, aunque no comparten mi pasión por la caza, sí la respetan. Me encontré un poco de todo en esta vida.

Test rápido a Beatriz Rosete

-Una ciudad.

-Gijón.

-Una comida.

-Sushi.

-Un libro.

No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas.

-Una película.

Los otros.

-Un grupo de música o músico.

-Te voy a decir tres: Bizarrap, Fred De Palma y Ana Mena.

-Una canción.

L’estate piu calda.

-Un personaje histórico.

-Miguel Delibes.

-Una afición.

-El ciclismo y montar a caballo.

-Una fobia.

-Las arañas. También tengo claustrofobia.

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